Cosas que sólo una amazona puede entender.

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– Saber que no existe en el mundo maquillaje uniforme una vez te quitas el casco.

 

– Caminar como una diosa a través del hielo, la arena, estiércol, hojas, y charcos; pero es ponerte los tacones y parecer un potrillo recién nacido.

 

– Preguntarse qué hace la gente que no tiene caballos durante las tardes y los fines de semana.

 

– Conocer los infinitos usos de una cuerda de paca.

 

– Entender el valor de los rodillos quita pelos.

 

– Adorar y valorar la invención del sujetador deportivo.

 

– Lo fácil que resulta vestirse para competir, y lo difícil que es para una entrevista o una fiesta.

 

– Percibir lo aterradora que puede llegar a ser una hoja en mitad del camino.

 

– Aceptar que, por mucho ambientador que uses, tu coche va a oler a caballo.

 

– Ser consciente de que no tiene sentido lavarte y peinarte el pelo antes de ir a montar.

 

– Desear haber tenido un club de la herradura cuando eras pequeña.

 

– Sentirse orgullosa de una misma cuando consigues tener las diez uñas de las manos, más o menos con la misma longitud -aunque en los primeros cinco minutos en la cuadra ya se haya roto una.

 

– Terminar de duchar a tu caballo, un poco de rímel y estar lista para salir.

 

– Ese momento incómodo cuando preguntas en una tienda si puedes probarte algo sobre la ropa, y te das cuenta de que vienes directamente de las cuadras con tus breeches y tus botas de montar llenas de barro.

 

– Sentir que has perdido 10kg y dos tallas en invierno cuando entras del frío del campo en una cálida habitación y te quitas las infinitas capas de ropa térmica e impermeable.

 

– Usar las corbatas de tu novio/marido/padre para competir.

 

– No necesitar ir al gimnasio porque ya has trabajado culo y brazos limpiando la cuadra de tu caballo.

 

– A parte del de tu pareja y el de tus padres, el único teléfono que conoces de memoria es el del  dueño de las cuadras.

 

– Silbar involuntariamente en los momentos de tensión, o que se te escape un “hola…hola…”.

 

– Chasquear la lengua instintivamente en las situaciones más cotidianas de la vida (conduciendo, haciendo cola en una tienda, caminando por la calle…) Chk Chk!

 

– Tener pesadillas la noche antes del concurso, sabiendo que tu caballo tordo pasará la noche rebozándose en la cuadra para parecer pío al día siguiente.

 

– Envidiar a propietarios de caballos castaños/negros, y simpatizar con propietarios de caballos tordos.

 

– Tener la constante sensación de que en tu coche y en tu ropa hay mucho más pelo que en todo el cuerpo de tu caballo.

 

– Poder distinguir un moreno real de uno falso, y un moreno de campo de cuando es suciedad.

 

– Llevar con orgullo las marcas de los guantes en verano.

 

– Ser capaz de hacerte un perfecto y fabuloso moño para competir o montar cualquier tarde, y ser incapaz de hacer algo decente con tu pelo para salir de fiesta.

 

– Conocer perfectamente el tamaño de la manta de invierno de tu caballo en centímetros y pulgadas, pero no estar segura llevar la talla correcta de sujetador.

 

– Sospechar de quien diga que tiene “suficientes» breeches.

 

– Lograr coser unas castañetas ideales en la crin de tu caballo y no saber coser un botón en una camisa.

 

– Apreciar toda comida que pueda comerse con una mano, para sujetar las riendas con la otra.

 

– Detestar a las molestas moscas en casa, pero en la cuadra son uno más.

 

– Por muy raro que te miren en el súper, nunca se compran demasiadas zanahorias.

 

– Levantarse a las 8.00 a.m para ir a trabajar no tiene sentido, pero el domingo a las 6.30 estás desayunando con las botas puestas.

 

 – Saber que el olor de heno fresco es mucho mejor que el de cualquier perfume.

 

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Especial agradecimiento a mi amiga y  Súper amazona Irlandesa Lorna Keogh, por dejarme algunas de sus fantásticas ideas de este post, contenidas en su original blog Equestrian Reality. No os lo perdáis!  

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Espero que este post os alegre la vuelta de las vacaciones, y disfrutéis leyéndolo tanto como yo lo he hecho escribiéndolo 😀

Si tú también te sientes identificada,no dudes en dejar un comentario compartiendo tus experiencias con todos nosotros.

 Andrea Muro Nebreda.

Este contenido es de traducción y producción original.

Por favor, no reproduzcan el contenido sin previo y expreso consentimiento.

19 comentarios en “Cosas que sólo una amazona puede entender.

  1. Que entrada tan divertida!!! me han sacado más de una carcajada en algunos comentarios, y una sonrisa de nostalgia en otras, porque ya no monto con tanta frecuencia. Mi caballo ya no se puede montar porque es muy mayor, y estoy en esa fase de que cuando voy a montar otro caballo, pienso que el mío está solo en su cuadra, y me siento la peor persona del mundo jejeje.

    Me ha hecho reir mucho, sobre todo estas dos:
    – Detestar a las molestas moscas en casa, pero en la cuadra son uno más.
    – Por muy raro que te miren en el súper, nunca se compran demasiadas zanahorias.
    Jajajaja buenísmo!!!!

    Saludos!

  2. Muy bueno Andrea, lo de mirar raro en el super por
    las zanahorias es buenísimo! Y saberte mejor la talla de manta de tu caballo que la de tu sujetador. Ánimo, seguid poniendo entradas que nos saquen una sonrisa, qué buen ratico he pasado, garcias 😉

  3. Que verdad,madrugar 6,30 de la mañana para ir a montar no cuesta nada,pero las 7 para ir a trabajar. Ja,ja y del resto estoy totalmente identificada,en cualquier sitio te conocen como: la chica del caballo

  4. me ha encantado los analisis de una vida de mujer amazona a caballo…nada fácil pero sí lo bastante apasionante..!! siempre mereciendo la pena! oleeee

  5. ¡Muy ciertos todos los comentarios y me han hecho reir y llorar por añoranza pues ya no tengo a mi QUERIDISIMO caballo!

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